Las cábalas...

Amuletos, estampitas, gestos, dedos, ropa, posiciones, todo sirve a la hora de definir una cábala, la mayoría de los hinchas tienen al menos una acción, o un elemento que se repite en ocasiones puntuales, y que con el devenir del tiempo y los buenos resultados se convierte en una rutina.
Supersticiones, creencias y mitos que se han difundido y que trascienden idiomas, países o religiones, que van mas allá de lo físico y se convierten en lo que, para quienes lo practican, es la fuente del éxito.
Obviamente que el fútbol, no solo no escapa a esto, sino que al ser un fenómeno social tan importante es incluso una de las actividades que se encuentra más profundamente vinculada a las cábalas.
Quien no tiene o tuvo alguna vez una cábala? ...incluso de modo casi inconsciente todos pisamos este terreno...siempre intentamos cambiar las leyes del azar, buscando que el destino no nos sea esquivo y que nuestro equipo consiga la victoria en aquel partido que define el campeonato. Y la realidad es muy diferente, es proporcional la cantidad de cábalas que uno tiene a lo largo del tiempo con el fracaso que resulta de ellas, cuantas veces desechamos una cábala jurándonos no reincidir en ellas y antes de asimilarlo ya nos falló la siguiente.
Quizá profundizando podríamos decir que no tener una cábala es esencialmente, ni más ni menos que una cábala.
Pero los jugadores también tienen las suyas, y quizá mucho mas acentuadas que los propios hinchas; podemos enumerar un sinfín de ejemplos: demorar la entrada a la cancha, pisar con el pie derecho, no pisar la línea de cal, atarse los botines en el campo de juego, repetir indumentaria (o cambiarla si no funciona).
En conclusión el fútbol sin cábalas no sería fútbol... ¿Cual es tu cábala para el domingo?