Historias: El Primer Caudillo

Cuentan que un joven que jugaba en Ferrocarril Oeste de Buenos Aires, allá en los inicios del siglo pasado, vino a disputar un amistoso contra el Aurinegro. Dicen que Piendibene notó que el joven escocés, siendo “centrojás” tenía la habilidad de "pasar la pelota dominada a sus compañeros de ataque". Invitación mediante el hombre de Ferro cruzaba el charco y se ponía la mirasol para juntos encontrar la gloria. John Harley era empleado de la compañía de ferrocarril y jugador de fútbol cuando estaba lejos de las máquinas; desde aquel día no se fue más. Jugaba con la pelota en el piso, era fuerte, daba pases precisos y su juego aéreo era perfecto.
Harley fue mucho más que un jugador, fue el encargado de educar con sus nociones a los futbolistas que lo acompañaban, enseñó a bajar la pelota con el pecho, dormirla con el pie y enviar un pase exacto. Enriqueció nuestra historia y se coronó como el primer caudillo carbonero, en la época en que el fútbol se jugaba con cinco delanteros y el “maestro” Piendibene regalaba amagues y goles.