La literatura es una expresión artística fuertemente ligada a la cultura de aquél que la experimenta, por tanto no es nada difícil encontrar una basta cantidad de material que hace partícipe al deporte rey en este ámbito; mucho menos en el Río de la Plata donde, como hemos repetido hasta el cansancio, el fútbol es mucho más que un deporte.
Simplemente actuaremos como nexo entre la diáspora de escritos y nuestros lectores, entre otros: Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Alejandro Dolina y Roberto Fontanarrosa serán nombres que se repetirán a lo largo de esta nueva sección.
Simplemente actuaremos como nexo entre la diáspora de escritos y nuestros lectores, entre otros: Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Alejandro Dolina y Roberto Fontanarrosa serán nombres que se repetirán a lo largo de esta nueva sección.
“En un partido de fútbol caben infinidad de novelescos episodios. Allí reconocemos la fuerza, la velocidad y la destreza del deportista. Pero también el engaño astuto del que amaga una conducta para decidirse por otra. Las sutiles intrigas que preceden al contragolpe. La nobleza y el coraje del que cincha sin renuncios.
La lealtad del que socorre a un compañero en dificultades. La traición del que lo abandona. La avaricia de los que no sueltan la pelota. Y en cada jugada, la hidalguía, la soberbia, la inteligencia, la cobardía, la estupidez, la injusticia, la suerte, la burla, la risa o el llanto. (…)”
La lealtad del que socorre a un compañero en dificultades. La traición del que lo abandona. La avaricia de los que no sueltan la pelota. Y en cada jugada, la hidalguía, la soberbia, la inteligencia, la cobardía, la estupidez, la injusticia, la suerte, la burla, la risa o el llanto. (…)”
Alejandro Dolina
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