Una muestra de la ambición y el sacrificio fue Obdulio Trasante. Además de jugar en Peñarol, tenía otro trabajo para sobrevivir: todos los días debía presentarse a las 7 de la mañana a tomar servicio en la conserjería del banco Pan de Azúcar de Montevideo. Si hubiera actuado en un medio más poderoso económicamente, no habría necesitado un trabajo extra para complementar sus ingresos.
El zaguero había llegado de Peñarol de Juan Lacaze, uno de los tantos Peñarolenses que el influjo de su popularidad desparramó por el territorio uruguayo, para enrolarse en Central Español. Ganó el ascenso de 1983, el Campeonato de 1984 y pasó a Peñarol de Montevideo en 1985. "Conmigo van a ganar todo", le repetía a sus compañeros. Y ellos le creían y lo seguían. Por su condición de caudillo. Porque asimilaron su fibra combativa, su fiereza y su determinación para jugarse en cada salto, en cada cruce, en cada choque...
Y por eso fueron al frente: porque el Loco Trasante los empujaba desde el fondo.
El zaguero había llegado de Peñarol de Juan Lacaze, uno de los tantos Peñarolenses que el influjo de su popularidad desparramó por el territorio uruguayo, para enrolarse en Central Español. Ganó el ascenso de 1983, el Campeonato de 1984 y pasó a Peñarol de Montevideo en 1985. "Conmigo van a ganar todo", le repetía a sus compañeros. Y ellos le creían y lo seguían. Por su condición de caudillo. Porque asimilaron su fibra combativa, su fiereza y su determinación para jugarse en cada salto, en cada cruce, en cada choque...
Y por eso fueron al frente: porque el Loco Trasante los empujaba desde el fondo.
Fragmento de “Peñarol - La Historia”
3 comentarios:
Gran Lacazino y mejor peñarolense....! Grande Obdulio!!!
una fiera ese tipo!
Y claaaro, no son todos los que tienen la suerte de tener sangre lacazina, jaa
saludos...
Tipos como Trasante son tan necesarios, o aún más, que el mejor de los dribladores. Un grande.
Un saludo, Álvaro.
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