Los problemas en Peñarol, lejos de solucionarse, son cada vez más profundos; por estas horas lo más importante refiere a la cuestión económica del club. Déficit de 1.500.000 dólares en el balance anual, atraso de dos meses en el pago de los salarios del plantel de primera división y jugadores que exigen dinero para rescindir la vinculación contractual con el equipo. Transportemos a la memoria por un segundo al Contador Damiani, esperemos que se terminen “las pasantías en el club”, que “el que quiera una prima primero consiga una tía” y que no llegue “la muerte anunciada del fútbol uruguayo”. Por lo pronto seguimos “desafiando el oleaje sin timón ni timonel”.
Mucho, mucho ruido…
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