El sueño de la casa propia (?)

Haga la prueba, hable con cualquier hincha del Club Atlético Peñarol y pregúntele como anda el cuadro, es altamente probable que le conteste: “La Fiera nos cambió la cara, estamos punteros… y parece que vamos a tener estadio propio”. La primera parte de la respuesta es lógica, un equipo que en tres fechas no ha dejado punto por el camino y ya ha conseguido una ventaja interesante sobre su eterno rival y de a poco se va arrimando en la anual que hasta hace poquito parecía sentenciada hace ilusionar a todo el mundo. La segunda parte hará que, si usted no suele estar al tanto de la actualidad más allá del perímetro de juego, dude de la salud mental de quién le contestó, o de lo contrario ya se haya preguntado si la gente de BC vive en un tupper con vista al mar (?) porque acá no ha visto nada. Hay una tercer alternativa que se genera en caso de que usted de cualquier forma dude de la salud mental del consultado, además de que sí esté al tanto de la actualidad y no tenga ni la menor idea que significa “BC”, pero de esos millones de personas no nos ocuparemos hoy.

El Rumor en Detalle -

Si bien cada vez que es consultado sobre el asunto el presidente de la institución indica que nada es seguro y que no pretende sacar a relucir ninguna precisión al respecto, después de una alocución con la invariable presencia de su monólogo de repaso de las bondades de su gestión (al que llamaremos M.R.B.G. (?)), se anima hasta a dar detalles de las posibles ubicaciones de la obra.

Se habla de un proyecto elaborado por una empresa constructora uruguaya de primer nivel con capitales brasileños (todo hace pensar que sea Saceem) que, viendo la proximidad de las olimpiadas en el país norteño ( 2016), pretende demostrar la celeridad en la ejecución de sus obras. En tal aspecto cabe consignar que se estableció como plazo primario de las obras, desde el primer ladrillo hasta su inauguración, un lapso de entre diez y doce meses. La estructura resultante sería un estadio de estilo inglés con capacidad para 35.000 personas y un sistema de palcos similar a los de la Bombonera

Existirían dos potenciales ubicaciones, la primera cercana al viejo Aeropuerto Internacional de Carrasco en la ciudad de Canelones, lugar recibe el plus de ser uno de los puntos de tránsito de turistas más importantes del país, potenciando las posibilidades de negocios extras, por ejemplo un centro comercial. La alternativa, en la capital del país, es un predio público próximo al Edificio Libertad; se ha llegado incluso a hablar de gestiones ante el Poder Ejecutivo de la República Oriental del Uruguay para conseguir la cesión del espacio.

¿Cómo se paga?, la gracia de las inversiones privadas es que el beneficiario no tenga que sacar dinero de su bolsillo, pero el término ‘inversión’ viene del latín ‘inversionum’ (?) que significa: ‘Yo arriesgo pero me la cobro’. El dinero retorna al inversor mediante los ingresos por venta de plateas y palcos, el usufructo de la gastronomía del recinto y el partido inaugural del estadio. El acuerdo establece que el Club Atlético Peñarol debe usar las instalaciones por 30 años hasta que pase a ser parte de su patrimonio.

Puntos a favor -

- Este tipo de rimbombantes (?) comunicados suelen efectuarse en período electoral, si bien en el club en todo momento se vive una sucesión de vísperas electorales, a tantos meses de las próximas elecciones podríamos descartar esta eventualidad por considerarla poco útil a tales fines.

- Por si alguno aún no lo notó el oficialismo tiene sobradas posibilidades de vencer en las próximas elecciones si nada extraño sucede, el resquebrajamiento de la oposición le juega a su favor y, le pese a quién le pese, hay signos positivos en los que cimentar una compulsa electoral (CAR, Liceo, Juveniles, indicios de profesionalización en la institución… si, todo lo del M.R.B.G.). Con este panorama no sería necesario recurrir a lo detallado en el punto anterior; pero más aún, el estadio es un arma de doble filo, si nuevamente la ilusión de la gente se derrumba con otro intento fallido los efectos negativos sobre el presidente y su grupo serán enormes. Entonces, ¿Para qué arriesgarse a vender humo a un costo tan alto?.

- Juan Pedro Damiani quiere quedar en la historia de la institución como “El Presidente que construyó el estadio”, si el proyecto llega a tener final feliz JPD se asegura el cargo de mandamás (?) hasta la eternidad.

Puntos en contra -

- Los antecedentes hacen que escuchar las palabras “estadio propio” de boca de un dirigente del Club Atlético Peñarol generen pavor en el mismísimo Edgar Allan Poe (el Edgar bueno (?)). El que se quema con un estadio ve un ladrillo y llora (?), nosotros hemos visto proyectos publicados en detalle, con maquetas y hasta pormenores del partido inaugural, el escepticismo no podría ser mayor.

- La dirigencia tiene sobradas pruebas de inoperancia, inestabilidad y falta de seriedad en temas trascendentales para la institución, incluso sin considerar la discutible mala intención de algunas autoridades que algunas veces parecen esforzarse por embarrarla.

En conclusión, es difícil tener confianza, pero sería un lindo desafío para quienes somos críticos por naturaleza y no sufrimos de amnesia tribunera hacer convivir la memoria de traiciones y administraciones desastrosas con la satisfacción de una histórica obra hecha realidad. Me quedó más o menos el artículo eh?