Parodismo

Quienes solemos leer crónicas deportivas del periodismo uruguayo de un tiempo a esta parte, hemos desarrollado una interesante capacidad para relativizar un gran porcentaje de la información que recibimos, siempre teniendo en cuenta el origen del material.

De cualquier modo el Sr. Garrido está empecinado en batir récords de amarillismo y sordidez, cuando uno piensa que no puede haber un nivel más en la prolongada escalera hacia la mediocridad el hombre pega un salto y avanza dos escalones.

Para la crónica del encuentro por eliminatorias ante Colombia incorporó éstas líneas: “Un "centrito" desde la izquierda, sin ninguna pretensión, iba camino a las manos de Castillo. No había nadie en el área chica. Estaba él sólo. Nadie más a su alrededor. De pronto apareció el ingresado Martínez, se elevó y le cabeceó la pelota entre las manos del golero oriental. ¡Increíble! Uruguay volvía a pagar el alto precio de no contar con un golero a la altura de las circunstancias. O del error del entrenador de insistir en esa plaza con porteros que no están en actividad. Era difícil para todo el equipo levantar el peso del gol en contra convertido por Castillo. Ese cabezazo entre las manos del portero oriental (absurdamente, para justificar su equivocación, protestó al juez y hacía ademanes de que había existido una mano del goleador, en vez del cabezazo), era demoledor". Y concluye a la hora de puntuar la actuación del portero celeste: “CASTILLO (-): Nos resistimos a ponerle puntaje porque sus actuaciones, por mejor que sean, siempre tienen una jugada que desmerece su acción. Esta noche volvió a ocurrir lo mismo. Venía cumpliendo a satisfacción hasta que llegó el gol de Jackson Martínez que le cabeceó la pelota entre medio de las manos. Lo mismo le ocurrió en Lima.”.

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