Cuando el talento innato de un futbolista viene acompañado de altas dosis de desequilibrios psicológicos las posibilidades de que éste triunfe se reducen tremendamente, se trata de potenciales cócteles que un día deciden explotar... en este caso la detonación fue en Perú pero la onda expansiva llegó a Uruguay.
Según cuentan el muchacho nunca fue muy apegado al trabajo, aún así sus cualidades técnicas se evidenciaban cuando tocaba una pelota: Mario Leguizamón, un producto genuino de nuestras inferiores. Nunca encontró su lugar en Peñarol y por eso fue continuamente cedido a clubes menores, defendiendo a Plaza Colonia en el Campus nos vacunó dos veces y todos reclamaron su retorno, aquel equipo dirigido por Diego Aguirre contaba con otro atacante de fugaz paso por el Carbonero, Daniel Baldi y con Mariano Bogliaccino un volante que estuvo a la altura del club y emigró rápidamente hacia el Napoles (recordemos que aquel equipazo de Plaza, donde también era figura Diego Lugano, llegó a disputar una liguilla). En su retorno no logró demostrar todo lo que prometía y volvió a irse para retornar únicamente cuando sus contratos con otros equipos terminaban y necesitaba un lugar para entrenar.
Durante 2007 y 2008 las cosas empezaron a ir un poco mejor, hasta podríamos decir que el fútbol le sonreía puesto que era figura en el San Martín de Porres, fue campeón del Fútbol Peruano y disputó varios encuentros por Copa Libertadores... pero un buen día se cruzó con Silvia Reyes. Leguizamón fue expulsado por la jueza peruana y no tuvo mejor idea que decir algunas cosas un tanto polémicas y con directas connotaciones sexuales (en este caso era necesario el eufemismo [Ver declaraciones]) sobre las cuales luego presentó disculpas, pero ya era demasiado tarde.
Recibió diez fechas de suspensión, el club lo multó con varios meses de sueldo y luego por presiones políticas definió su despido de la institución, cosa que Mario ya estaba evaluando cuando, en otra muestra de verborragia, indicó que pensaba dejar el fútbol peruano porque es mediocre. Esta última afirmación es quizá la que menos polémica genera, la verdad es que el Fútbol Peruano no es precisamente de los más prestigiosos, pero tampoco lo son el Ecuatoriano (donde jugó dos meses y lo rajaron) y mucho menos el Venezolano en el que hoy demuestra sus condiciones. Es compañero de otro ex carbonero Alejandro Delorte, un futbolista con tendencia a los colores amarillo y negro: Olimpo de Bahia Blanca, Peñarol, Aris Salónica (Grecia) y ahora el Deportivo Táchira.
5 comentarios:
Pues no creo que le quede mucho en el fútbol al paso que va.
ES HORRIBLE
que vuelva y se deje de joder. le daba vida a la san martín. lo que dijo, sanción, perdón y punto. peores fueron las declaraciones de butrón y otros en frío. "que una mujer no debe arbitrar entre hombres porque bla bla" es bastante más ofensivo que leguizamón en caliente puteando al árbitro. si se la come, no se la come. la puntita nomás. pasa todos los días. mujer o no.
el 6-0 en el centenario lo festejé por uruguay y por leguizamón. hasta alan garcía salió a hablar de los maleducados extranjeros. tomá pa vo.
la mitad de lo que hizo por la san martín en la libertadores y, con el nivel que tenemos, clausura y tabla anual.
trajimo a richard núñez y juega, hermano. tamos para el descenso. no jodamos.
jajajajaj soy bolso pero me gusta entrar en esta pagina porque tus comentarios siempre son muy buenos saludos
descerebrado, de la misma generación que Horacito Peralta, mucha calidad y poco seso....
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